De acuerdo a la información las irregularidades en 12 contratos para educación y vivienda de interés social en la región, acuerdos que del...
De acuerdo a la información las irregularidades en 12 contratos para educación y vivienda de interés social en la región, acuerdos que delegó a nueve de sus secretarios entre 2008 y 2011.
Por su parte la defensa del exmandatario regional, el
abogado Raúl Cadena Lozano, asegura que su defendido no tiene responsabilidad
por las posibles irregularidades y afirma que en el juicio probará que hubo
control y seguimiento.
Dice El Espectador que, de acuerdo con la Fiscalía, Barreto
sería responsable por no hacerles debido seguimiento a unas obras que fueron
entregadas a un solo contratista, que en seis oportunidades presentaron
retrasos y, además, que habrían favorecido económicamente a un aliado político
y a la Corporación para la Promoción del Desarrollo Rural y Agroindustrial
(Prohaciendo) por más de $230 millones.
Agrega que el político conservador, quien en el Tolima
tiene a su favor al denominado “movimiento barretista”, fue llamado a juicio el
pasado 11 de mayo por los delitos de peculado por apropiación, interés indebido
en la celebración de contratos y contrato sin cumplimiento de requisitos.
Entre el 28 de enero de 2008 y el 31 de diciembre de 2011,
cuando fue gobernador por primera vez, habría omitido su deber de vigilancia y
control tras dejar en manos de sus secretarios millonarios recursos públicos
para infraestructura. Contrataron en exclusiva a la entidad sin ánimo de lucro
Prohaciendo, entonces representada por Luis Alberto Cabrera.
Por ejemplo, el 28 de noviembre de 2008 se firmó el
convenio interinstitucional 1150, con el cual se construyeron viviendas de
interés social por un valor de $668 millones, de los cuales la Gobernación
aportó $595 millones y Prohaciendo casi $73 millones. Lo mismo se hizo para los
otros 11 convenios, en los cuales las entidades distribuyeron valores. El
convenio 1377, por otro lado, del 30 de diciembre de 2008, se firmó para
construir viviendas a favor de desplazados en El Espinal. Las intervenciones se
hicieron, con suspensiones en seis oportunidades –según la Fiscalía–, en
Planadas, Rovira, Natagaima, Fresno, Cajamarca, Rioblanco, Venadillo, San Luis
y Alpujarra.
En total, la Gobernación de Tolima aprobó 12 acuerdos
interinstitucionales, en los que aportó alrededor de $4.400 millones. Sin
embargo, de acuerdo con la Fiscalía, no habría escrito alguno en el cual se
“reconociera la idoneidad” de Prohaciendo como único contratista. Y esa sería
la primera violación al Decreto 777 de 1997, del Ministerio de Hacienda, con el
cual se reglamenta la contratación del Estado con entidades privadas sin ánimo
de lucro. El ente investigador sostiene, por otro lado, que en dos acuerdos
firmados en 2009 no se exigió la construcción de una póliza de garantía para el
buen manejo y correcta inversión de los anticipos.
Por otro lado, según la Fiscalía, en tres obras se incluyó
como una de las obligaciones del departamento realizar interventoría. Sin
embargo, la Gobernación de Barreto nunca la habría contratado. “En los
convenios 716, 717 y 718 de 2011 no se incluyeron cláusulas sobre el
interventor, pero luego de suscrita el acta de inicio, su ejecución tuvo que
suspenderse más de dos meses mientras se contrataba la interventoría, lo que
denota también una clara falta de planeación”, agrega la acusación.
“Nos compete a nosotros como defensa, primero, probar que
la delegación se hizo. Segundo, que mi cliente ejerció los controles legales
correspondientes. Y tercero, que no es tan cierto que la contratación no haya
cumplido su finalidad en los convenios de referencia. Es más o menos lo que le
está pasando al doctor Sergio Fajardo (exgobernador de Antioquia imputado el
pasado 5 de mayo). Él delega unas funciones –porque un gobernador no lo puede
llevar todo– para que ellos adelanten contrataciones sobre diversas índoles y
que por lo general recaen en los secretarios del despacho”, explicó Cadena.
El abogado Cadena sostiene que, a pesar de que delegar
funciones no exime de responsabilidad a ambos políticos, en el caso que
involucra a Barreto demostrará que su cliente ejerció los controles
correspondientes.
Entre los elementos que Cadena deberá debatir en juicio
está el principio de trasparencia del Estatuto General de Contratación de la
Administración Pública, al parecer, vulnerado por la Gobernación de Tolima. La
Fiscalía acusa que Barreto permitió que se le entregaran los convenios a un
solo contratista, sin acudir a un proceso de licitación pública. Tampoco se
habrían elaborado estudios previos adecuados y, en ocho contratos, se habrían
entregado anticipos por el 90 %, cuando la ley permite que se entregue máximo
el 50 %. Por otro lado, el político conservador se habría interesado
indebidamente a favor de un viejo aliado en la región.
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fiesta del exgobernador Barreto en plena cuarentena)
Se trata de Diego Fernando Rodríguez, de quien la Fiscalía
dice aportó $24 millones a la campaña de Barreto como gobernador para el
período 2008-2011. Según la investigación, Barreto habría permitido que todos
los convenios quedaran en manos de Prohaciendo, que a su vez subcontrató a una
empresa –no mencionó el nombre– del ciudadano Rodríguez, quien a través del
acuerdo de obra COC-262009 recibió $429 millones. Incluso, la Fiscalía asegura
que tal habría sido el descuido de Barreto con los dineros públicos, que
permitió que Prohaciendo, hoy en cabeza de Teodoro Barragán y no de Luis
Alberto Cabrera, se apropiara indebidamente de más de $230 millones.
“Estamos en épocas preelectorales donde por un simple
rastreo se puede establecer que se incrementan las investigaciones, se
incrementan las denuncias, y obviamente siempre se trata de sacar al
contradictor político en este momento. El doctor Óscar Barreto goza de una
popularidad que muchos desearían tener en el departamento del Tolima y
obviamente es polenta a sus contradictores políticos, máxime cuando él proviene
de una casa conservadora. Y el Tolima siempre ha sido identificado como un
departamento liberal”, concluyó el abogado Cadena.
El exgobernador Barreto, quien en su primer mandato aseguró
ser el gobernador “más uribista del país”, enfrentará la reciente acusación
mientras a su vez está en juicio oral por otro expediente, en el cual la
Fiscalía lo vincula por los delitos de prevaricato por omisión, contrato sin
cumplimiento de requisitos y peculado por apropiación agravado. El ente
investigador lo llamó a juicio en septiembre de 2017 por supuestas
irregularidades en un convenio de cooperación y asistencia técnica entre la
Gobernación del Tolima y la Secretaría Ejecutiva del Convenio Andrés Bello, en
2007, para mejorar la educación del departamento.
Finaliza el informe el periódico El Espectador en que desde
el principio Óscar Barreto se declaró inocente por esa investigación, a la cual
fue vinculado tras un seguimiento de las autoridades al contrato 336, para la
dotación tecnológica de instituciones educativas, firmado por el anterior
gobernador Fernando Osorio -también en juicio-, pero continuado por la
administración de Barreto. La Fiscalía reprocha a ambos políticos que el
acuerdo no cumplió con los objetivos establecidos, entre ellos entregar sillas
e impresoras a varios institutos del departamento. También la Gobernación del
Tolima se comprometió a capacitar rectores y directores de los centros
educativos, estrategia que habría quedado solo en el papel.
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